Mostrando entradas con la etiqueta temperatura. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta temperatura. Mostrar todas las entradas

lunes, 17 de septiembre de 2012

Piscinas ecológicas: naturaleza en tu jardín

Fuente
¿Qué es una piscina ecológica? Una piscina que no irrita los ojos, ni la piel, un pedacito de naturaleza en tu jardín, para sumergirse en verano y disfrutarlo como estanque en invierno, que además apenas consume agua.

Este tipo de piscinas no necesitan cloro ni otros productos químicos para mantenerse limpias, lo consiguen con determinadas plantas y con filtros de grava, de una manera similar a la de las corrientes naturales de agua. Tampoco necesitan un aporte significativo de agua, sólo la necesaria para sustituir la que se pierde por evaporación.

Fuente
Las piscinas ecológicas funcionan con éxito en otros países europeos desde hace años. El sistema que utilizan está basado en plantas acuáticas, como los juncos y los jacintos, que favorecen el crecimiento de microorganismos que limpian el agua al eliminar las bacterias. Con el tiempo las ranas también aparecerán en nuestra piscina, acompañadas de libélulas y otros depredadores naturales de los mosquitos, que nos librarán de esos indeseables insectos.

Una piscina ecológica está dividida en dos zonas, una de baño, que debe tener una profundidad mínima de dos metros, y otra regeneradora, donde se colocarán las plantas. Esta última tiene poca profundidad; sus aguas se calentarán los días soleados aunque la temperatura del aire sea fría y se transferirán mediante las corrientes naturales hasta la zona de baño, consiguiendo una temperatura agradable rápidamente.

Fuente
Es mejor no introducir en nuestro pequeño ecosistema peces u otros animales como patos porque ensuciarían el agua y el equilibrio que hemos creado se rompería.

En cuanto al coste, es ligeramente superior al de una piscina convencional, pero a la larga se compensa por su falta de mantenimiento. También hay que valorar el tipo de piscina que obtenemos, sin contar con nuestra contribución a un planeta más sano.

domingo, 20 de mayo de 2012

Un ejemplo de rehabilitación y sostenibilidad: la torre Bois-le-Pêtre (París)

Torre Bois-le-Pêtre

No es ningún secreto que la crisis ha golpeado con fuerza el mundo de la construcción, ensañándose especialmente con la obra nueva (1). Por otra parte, se estima que podría haber un 20% de viviendas vacías (2) lo que no augura una pronta recuperación del sector.Si unimos esto al agotamiento de los recursos naturales y a la necesidad de ahorro de los hogares españoles, es fácil llegar a la conclusión de que la rehabilitación energética se ha convertido en una alternativa muy interesante.

El concepto "rehabilitación energética" es algo nuevo. Inmersos en plena burbuja inmobiliaria, en los últimos años era más rentable construir que rehabilitar y, en cualquier caso, rehabilitar se reducía a reparar los edificios envejecidos para alargar su vida útil y recuperar su funcionalidad. La rehabilitación energética lo que pretende es, además de lo anterior, reducir el consumo de energía en los edificios.

El gasto de energía en los edificios se distribuye de la siguiente manera:
- climatización: 42%
- agua caliente: 26%
- consumo de los electrodomésticos: 23%
- iluminación: 9%
La rehabilitación energética permite ahorrar hasta un 20% del consumo y reducir las emisiones de CO2 en un 30%. Esto se consigue a través de dos tipos de actuaciones: las que se llevan a cabo sobre la envolvente del edificio (fachadas y cubierta) y las que afectan a sus instalaciones.

Es una buena idea aprovechar las necesidades de mantenimiento de los edificios para llevar a cabo una rehabilitación energética. Una vez metidos en obras, con un andamio instalado y los operarios entrando y saliendo, mejorar el aislamiento energético no supone un sobrecoste significativo y tiene la ventaja de la amortización del gasto de la obra en unos años.

Izquierda: aspecto original, centro: intervención en 1990, derecha: propuesta ganadora

Con toda esta reflexión pretendía presentar un ejemplo de rehabilitación energética muy interesante de Lacaton y Vassal, dos arquitectos franceses. La intervención se llevó a cabo sobre una torre construida en 1962 con elementos prefabricados, que contiene 96 viviendas y tiene una altura de 16 plantas, situada en las afueras de París. En 2002 el ayuntamiento de París había designado el barrio en el que se encuentra el edificio como un enclave que se debía someter a una mejora. En 2005 se convocó un concurso que ganaron Lacaton y Vassal junto con Druôt. 

La propuesta presentada consistía en eliminar la fachada del edificio, fruto de una intervención realizada en 1990, para incorporar unas franjas perimetrales, formadas por módulos prefabricados de tres metros de anchura, de los cuales uno se destinaba a balcón y dos a galería. Se generaba así una doble piel de paneles de cristal y de policarbonato protegida con persianas y cortinas. 

Izqda.: fachada existente, dcha.: eliminación de la fachada y sustitución por módulo prefabricado

Izqda.: planta original, dcha.: propuesta


Esta doble piel transparente proporciona a los ocupantes una conexión visual con el entorno a la vez que les aísla a nivel térmico y acústico, dejando que ellos mismos puedan regular la iluminación, temperatura y ventilación de los apartamentos. El ahorro energético que supone esta intervención es del 50% y además se incrementa la superficie de las viviendas; pasando de 8.900 a 12.460 m2. Durante el tiempo que se prolongaron las obras los vecinos no tuvieron que abandonar el edificio.

La intervención también afectó al interior del edificio para mejorar la accesibilidad a las viviendas e introdujo nuevas tipologías.

Aspecto definitivo de la galería y el balcón sobre la ciudad

En contraposición a obras de algunos arquitectos que parecen valorar únicamente la estética, Lacaton y Vassal llevan a cabo una intervención equilibrada, respetuosa con el edificio preexistente y sus usuarios, y todo ello a un bajo coste.

Todas las fotografías pertenecen a la web de Lacaton y Vassal: http://www.lacatonvassal.com/index.php?idp=56
       

viernes, 9 de marzo de 2012

Ahorrar en la climatización de la vivienda



Conseguir una temperatura agradable en casa no se consigue sólo tirando de calefacción o de aire acondicionado, hay otras maneras que nos permitirán ahorrar energía y dinero. Vamos a ver algunos consejos.

1. Utiliza de manera inteligente las persianas y los toldos.
En invierno conviene subir persianas y recoger los toldos durante las horas en las que el sol incide sobre nuestras ventanas para poder aprovechar su calor y durante la noche bajaremos las persianas para aislarnos mejor del frío. En cambio, en verano, utilizaremos estos elementos para evitar que entre el sol y caliente más la vivienda. Un apunte: las antiguas persianas de cuerda, o alicantinas, echadas sobre la baranda, y los toldos muy inclinados crean un microclima fantástico, un espacio en sombras y ventilado situado entre el exterior y la vivienda, que permite mantenerla más fresca. En cambio, desconfiad de los toldos prácticamente horizontales: sólo funcionan cuando el sol está muy alto y no proporcionan esa cámara ventilada que acabamos de comentar.


2. Sectorizar la vivienda.
Normalmente no utilizamos a la vez toda nuestra vivienda, depende de si toda la familia se encuentra en casa o del uso que le demos a las habitaciones. Cuando una parte de ella esté desocupada es mejor cerrar la puerta y los radiadores de esa zona, así evitaremos despilfarrar energía calentándola.

3. Reducir el tiempo de ventilación.


En invierno, cuando tenemos nuestra casa aclimatada, ventilarla supone un gasto de energía para volver a disfrutar de una buena temperatura, aunque es imprescindible si no queremos sufrir humedades. De todas formas es importante tener en cuenta que con diez minutos es suficiente, así sólo perderemos el mínimo calor posible.

4. Renovar las carpinterías de ventanas y balcones.




Muchas viviendas antiguas aún conservan sus viejas carpinterías, con una sola hoja de vidrio, altamente ineficientes en cuanto a aislamiento térmico. Las normativas actuales regulan las condiciones de aislamiento que deben cumplir ventanas y balconeras. Las mejoras que se han introducido obligan a un doble acristalamiento con cámara de aire y a la rotura de puentes térmicos, de manera que se evita la pérdida de calor a través del cristal y mejora el comportamiento en cuanto a las humedades. El ahorro que supone la renovación de las carpinterías permite que se amortice el gasto inicial.

5. Mejorar el aislamiento térmico de fachadas y cubierta.




Es una solución muy beneficiosa en edificios antiguos con un mal aislamiento. No sólo mejoraremos el confort sino que solucionaremos problemas de humedades por puente térmico. Existen varias soluciones que quizás trataremos más adelante, pero quizás la más habitual es el aislamiento exterior. Se puede llevar a cabo al mismo tiempo que una rehabilitación de fachada y entre sus ventajas se encuentran el no ser necesario entrar en las viviendas y el hecho de que no se reduce su superficie útil.

En una próxima entrada hablaremos también de sistemas de captación de energía solar térmica y fotovoltaica, estos últimos integrados en membranas de impermeabilización de cubiertas.