Sin embargo esto no siempre ocurre. En ocasiones estos elementos son representativos de nuestro pasado o poseen alguna característica relevante que hace que sea interesante recuperarlos, destinándolos a un nuevo uso que les devuelva la vitalidad.
Ese es el caso del High Line en Nueva York. Es una línea ferroviaria elevada 9 metros sobre el suelo que se construyó en los años 30 en el mayor distrito industrial de Manhattan, con el objetivo de proteger a los peatones del paso de los trenes, tras haberse producido numerosos accidentes mortales. El recorrido original era de 13 Km de longitud y su trazado no coincidía con el de las avenidas, sino que atravesaba los edificios para descargar directamente en los almacenes y fábricas las mercancías que transportaba.
El año 2003 se convocó un concurso de ideas para diseñar este espacio y en 2004 se anunció como ganador al equipo compuesto por James Corner Field Operations, una firma de paisajistas, y por Diller Scofidio + Renfro, un estudio de arquitectura.
En 2006 se iniciaron las obras, que se ejecutan por etapas, para transformar esta infraestructura abandonada en parques urbanos. Actualmente aún se encuentran en marcha, pero en junio de 2009 se finalizó una de las secciones y ya se puede visitar.
Los nuevos parques no olvidan su pasado ferroviario y entre los jardines se han mantenido parte de los raíles y traviesas. Se han creado espacios de paseo y descanso a lo largo de casi 2,5 Km continuos, un trocito de naturaleza en un entorno privilegiado, mientras el tráfico de la ciudad continúa a su ritmo bajo el parque.
Si queréis más información sobre este tema os recomiendo visitar esta página: High Line y ver el siguiente vídeo.
No está mal... sigue así :D
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